PRESIDENTE DE GRUPO ZETA

Como si se tratara de un puente de hierro sobre el que acortar las distancias que nos separan del futuro, la puesta en marcha de una rotativa siempre es motivo de orgullo y puerta abierta a nuevos proyectos para un medio de comunicación.

En el caso de Grupo Zeta, la inauguración de la planta de impresión de Plasencia viene a ser un nuevo hito para dos de sus cabeceras con más arraigo y tradición, El Periódico Extremadura y el Adelanto de Salamanca, y un paso más en el plan de desarrollo industrial que arrancó en noviembre del 2000 con la puesta en marcha del centro de impresión de Parets del Vallés, en Barcelona.

Pero la inauguración oficial de estas instalaciones debe llevarnos a hacer otra reflexión de mucho más calado: es precisamente una inversión cercana a los cinco millones de euros (800 millones de pesetas), en este caso en una planta industrial, lo que viene a representar y confirmar la decidida apuesta del grupo que presido por las comunidades autónomas de Extremadura y de Castilla y León.

Estamos, por consiguiente, poniendo en valor el sector secundario de esta tierra de la mejor forma que sabemos, que no es otra que la producción de periódicos. Y me atrevería a llegar todavía más lejos: la proyección de esta rotativa recorrerá todo el oeste peninsular, si tenemos en cuenta que el modelo elegido para Plasencia, una Plamag Noraset RO 170, supone ya la mayor de sus características instalada en una imaginaria línea que se extendería desde Huelva hasta Benavente, en Zamora.

A través de Servicios de Impresión del oeste (SIO), participada por Editorial Extremadura, Sodiex y Ediciones Primera Plana, lo que hoy es una realidad nació como un proyecto para atender a un mercado emergente, y cuya estructura geográfica nos llevará también a Portugal.

Por ello, todos debemos recordar la puesta en marcha de esta planta industrial como el principio de una gran aventura periodística que sin duda dará grandes frutos.