Unos 10.000 abonados de la compañía Fecsa-Endesa, distribuidos en varios distritos de Barcelona, continúan esta mañana sin luz casi 48 horas después de que se registrara un apagón, el pasado lunes, que afectó en un primer momento a unos 350.000 clientes de la capital catalana.

Un portavoz de Fecsa-Endesa ha informado hoy de que los 10.000 abonados que han pasado su segunda noche sin luz están repartidos por zonas de los barrios del Guinardó, Gracia, Sant Andreu y derecha del Eixample, los más afectados por este gran apagón, que se inició en la subestación de Collblanc y repercutió en las de Urgell y Maragall.

La misma fuente ha precisado que la compañía eléctrica no desea realizar previsiones sobre cuándo se volverá a suministrar electricidad a los 10.000 clientes aún afectados por la avería "porque queremos ir sobre seguro", si bien "desea" que la avería pueda solventarse a lo largo del día de hoy.

Un total de 134 grupos electrógenos repartidos por toda Barcelona suplen hoy la falta de suministro de la red de 220 kilovatios, han indicado fuentes de Fecsa Endesa, "a la espera de que Red Eléctrica de España pueda disponer otra vez de sus infraestructuras afectadas en el incidente del lunes", se indica en un comunicado de la compañía suministradora.

Además, se espera que esta mañana se puedan instalar los quince grupos electrógenos cedidos por el Ministerio de Defensa, que ha activado la denominada "Operación Tormenta Blanca", dirigida a atender todo tipo de incidencias cuando las autoridades civiles así lo soliciten.

Por otra parte, esta misma noche han comenzado a buen ritmo los trabajos para pasar un cableado por la calle Lepanto que sustituya los generadores y dar así suministro eléctrico de forma provisional hasta que se restablezca el sistema.

Este cableado se situará a cincuenta centímetros de profundidad y servirá para unir de forma provisional las centrales eléctricas de Vilanova y Prínceps de Girona en Barcelona, para lo que se ha debido cerrar totalmente al tráfico la calle Lepanto.

Los ánimos de los vecinos que han debido pasar una segunda noche a oscuras, con las pérdidas de alimentos perecederos y situaciones de personas mayores casi 'encerradas' en casa por la falta de fluido eléctrico para los ascensores, están encendidos y así lo expresaron de nuevo anoche con 'caceroladas' y manifestaciones.