Con mucha más vigilancia policial de lo habitual, Elche intentó recobrar ayer la paz tras los graves disturbios xenófobos del pasado jueves. Los 10 detenidos, entre ellos 4 menores de 17 años, quedaron en libertad sin fianza. Se les acusa de delitos de incendio, desórdenes públicos y robo. Entre los detenidos se encontraba el dueño de un taller de troquelados del polígono Carrús, donde se celebró la violenta manifestación, su hijo y cuatro trabajadores de otras empresas de calzado.

La policía, además, intenta identificar y localizar a los organizadores anónimos de la protesta y a más autores de los incidentes, en los que se quemaron dos almacenes con más de 100.000 pares de zapatos de un empresario chino.

Dos jóvenes que intentaron robar de madrugada zapatos del almacén quemado fueron detenidos. Ayer se mantenía en el polígono Carrús, al norte de Elx, donde se encuentran decenas de naves de empresarios chinos, el plan especial de vigilancia para prevenir nuevos incidentes. En todas las cruces y rotondas de la zona industrial había coches de policía que intentaban cumplir con el encargo de asegurar la seguridad de los comerciantes chinos, acusados por las empresas locales de calzado de competencia desleal.

VELAR POR LA PROTECCION La subdelegada del Gobierno en Alicante, Etelvina Andreu, aseguró el viernes por la noche a representantes de la Embajada de China en España que las Fuerzas de Seguridad del Estado "velarán por la protección de los ciudadanos" de ese país asiático. El cuerpo diplomático chino ha recibido los incidentes con mucha preocupación, ya que sus compatriotas dominan cada vez más negocios en toda España.

Los importadores y distribuidores chinos ya forman parte del gran negocio de economía sumergida que existe en la industria del calzado de Alicante y han ido superando a las empresas españolas en número de ventas. Los empresarios locales no pueden competir por no poder fabricar y distribuir el calzado tan barato. Además, los chinos pagan unos sueldos inferiores que sus competidores. "Nosotros cobramos aquí 250 euros por semana. Los chinos pagan a sus empleados, casi siempre inmigrantes, unos 300 euros al mes", explicaron dos trabajadores. Los empresarios chinos llegaron a la zona de Elche hace cinco años.