Unas 100.000 personas, según los organizadores, se manifestaron ayer por las calles de Copenhague para exigir a la cumbre del Clima un acuerdo "real" y "efectivo" que ponga freno al calentamiento del planeta. La crucial cita entra en su semana decisiva y miles de personas se han puesto de acuerdo para dejar constancia de la voz del ciudadano de a pie en una manifestación imponente, compuesta sobre todo por activistas europeos, aunque con una participación considerable de personas llegadas desde los países asiáticos y africanos.

"Millones de personas ya están perdiendo sus hogares por la subida del nivel del mar. No podemos desaprovechar esta oportunidad para evitar un cambio climático fuera de control. A los jefes de Estado que llegarán la próxima semana a Copenhague les decimos: es el momento de unirse, de cambiar el futuro", señaló Kumi Naidoo, responsable de Greenpeace.

La manifestación, convocada por 516 organizaciones de 67 países, partió a primera hora de la tarde de la plaza de Christiansborg, sede del Parlamento, y recorrió alrededor de seis kilómetros hasta el palacio de congresos Bella Center, donde el próximo viernes acabará la capital cumbre con la presencia de más de 120 jefes de Estado y Gobierno. Varios invitados se dirigieron allí a la multitud, entre ellos el reverendo Desmond Tutu y la que hasta hace poco fue comisaria de refugiados de la ONU, Mary Robinson.

400 RADICALES DETENIDOS No menos imponente que la manifestación en sí era el despliegue policial, que incluía a miles de agentes vigilando todo el recorrido de la marcha. Diecisiete personas ya fueron detenidas poco antes de que los activistas se pusieran en marcha, en la propia plaza de Christiansborg, la mayoría por posesión de armas cortopunzantes y sustancias euforizantes, pero los principales problemas se registraron más tarde, cuando en la retaguardia, compuesta por cerca de 300 radicales, todos vestidos de negro y al parecer miembros de los Black Blocs (asiduos de este tipo de manifestaciones), empezaron los desmanes: vitrinas rotas, mobiliario arrancado de cuajo, pintadas, etcétera. La policía intervino y, al final de la jornada, dio cuenta de casi 400 detenidos. La mayor parte de ellos, según las autoridades danesas, serán expulsados a sus países de origen.

La actuación de los radicales, sin embargo, no empañó el predominante ambiente festivo de la manifestación, que acogía con entusiasmo las noticias sobre otras manifestaciones paralelas en distintas ciudades: Sídney, Melbourne, Manila, Hong Kong, Marsella, Burdeos, Yakarta y algunas urbes africanas y latinoamericanas. En España, las principales marchas tuvieron lugar en Barcelona, Madrid y Sevilla.