Homosexuales, transexuales, discapacitados e inmigrantes se sitúan actualmente en España en "contextos de vulnerabilidad" en materia de salud sexual, según avisa un estudio preliminar a la definidción de la primera estrategia nacional de salud sexual y reproductiva diseñada por el Ministerio de Sanidad. Aunque es una posición minoritaria, aún hay un considerable número de personas (un 15% del total, que asciende al 18% si solo se cuenta a los hombres) que opinan que la homosexualidad es una enfermedad.

Esta opinión --explica el informe del ministerio-- es más común a partir de los 55 años, hasta el punto de que un 23% de los hombres y un 17% de las mujeres están "poco o nada de acuerdo" en que la homosexualidad sea una opción respetable. "La homofobia latente en la sociedad sigue ocasionando problemas de autoestima y autoaceptación en algunas personas", lamentan los autores, que proponen un cambio educativo que abra el patrón heterosexual dominante a otras fórmulas.

LOS DISCAPACITADOS El programa rompe una lanza en favor de los discapacitados, a los que una visión tradicional considera carentes de necesidades sexuales y critica que muchos cuidadores dificultan sus derechos sexuales. "La norma les sitúa como no deseables ni deseantes. Debe imponerse la diversidad como norma y facilitarles el acceso a una educación afectivo-sexual para poder vivir la sexualidad saludablemente", postula el texto.

Los especialistas reconocen que aún no hay una concienciación social plena de que la transexualidad no es "ni una amenaza, ni una aberración, ni una enfermedad", y abogan por que se cumplan los derechos a la hormonación y a operaciones de cambio de sexo. Proponen que se garantice el acceso a las tres unidades públicas especializadas en el tratamiento de la identidad sexual en los hospitales Carlos Haya de Málaga, Ramón y Cajal de Madrid y Clínico de Barcelona.

Algunas encuestas apuntan que la incidencia del aborto entre las mujeres inmigrantes es mayor que entre las españolas. Sanidad tiene claro que es un colectivo con barreras que dificultan su acceso a la información y atención en los servicios de prevención de enfermedades de trasmisión sexual y de embarazos no deseados. La Federación Española de Planificación Familiar ha detectado que muchas veces no acuden por desconocimiento de sus derechos.

El exhaustivo estudio no pasa por alto la violencia sexual, desde abusos a relaciones forzosas. El 7% de las mujeres y el 1,7% de los hombres denuncian haberla sufrido alguna vez. Muchas mujeres afectadas son víctimas de personas de su entorno.