Siete interminables días después de la gran nevada, todavía hay 20.000 abonados de Endesa en las comarcas de Girona y Barcelona sin luz ni calefacción en sus hogares. Son vecinos de 27 municipios que soportan la situación desde hace una semana, sin que nadie se haya atrevido a darles una fecha sobre cuándo recuperarán la normalidad.

La cifra de afectados está sujeta a constantes variaciones, por culpa, entre otras cosas, de la precariedad con que se ha restablecido el suministro, mediante generadores y líneas provisionales. Sin ir más lejos, ayer por la tarde, unas 100.000 personas volvieron a quedarse sin electricidad, tras averiarse una de las líneas ya reparadas. El fallo fue subsanado mediante la alimentación de otras líneas, informó un portavoz de Fecsa-Endesa.

Eso, a pesar de que en las últimas horas se redujo el número de afectados gracias los generadores y la colocación de líneas provisionales. Por eso, alcaldes de las poblaciones afectadas hicieron ayer un llamamiento al consumo responsable para evitar sobrecargas en la red. También han advertido de que esta situación de provisionalidad durará semanas, incluso meses.