El agujero de la capa de ozono no desaparecerá en torno al año 2050, tal y como hasta ahora preveían los científicos. Según un nuevo modelo matemático ideado y comprobado por expertos norteamericanos el agujero no se cerrará, como mínimo, hasta el 2068.

El estudio, que se publica en la revista Geophysical Research Letters , utiliza los datos recogidos por los satélites de la NASA, las observaciones in situ del National Oceanic and Atmosferic Administration y las fotografías tomadas por aviones del National Center for Atmosferic Research. Estos datos se contrastaron con el registro de temperaturas de la estratosfera en la Antártida.en la última primavera. En esa zona y en esa época del año, el nivel de ozono es hasta un 70% más bajo de lo normal.

LA EVOLUCION Con el modelo matemático se ha reproducido la evolución del agujero en los últimos 27 años. A partir de ahí se ha proyectado su desarrollo futuro y se ha podido determinar que antes del 2068 no se cerrará y eso siempre que se sigan limitando las emisiones de sus principales destructores: los gases CFC (clorofluorocarbonados).

Hay algunas teorías, no obstante, --que comparten científicos estadounidenses y daneses-- que apuntan a que los CFC no tienen un papel excesivamente determinante en la formación del agujero y que la mejoría detectada en la última década podría ser simplemente pasajera.

La nueva investigación, que sí considera culpables a los CFC, concluye que el agujero no empezará a reducirse de forma significativa hasta el 2018 y que el cambio climático, provocado por gases de efecto invernadero, tendrá poco impacto en este proceso que se desarrolla en la estratosfera terrestre.

La capa de ozono, situada a una altitud comprendida entre 15 y 30 kilómetros, filtra la peligrosa radiación ultravioleta y protege a todos los organismos vivos. El descubrimiento del agujero (en realidad no es un agujero, sino una zona con una densidad de ozono muy debilitada), en 1977 por parte de investigadores de la Universidad de California, impulsó a la comunidad internacional a adoptar con urgencia medidas preventivas.

En 1987 por el Protocolo de Montreal se limitó la producción de gases CFC, y en 1990 y 1992, mediante diversas enmiendas del protocolo, estos gases se prohibieron totalmente. Los CFC son elementos químicos muy fáciles de obtener, pero difíciles de suprimir, porque se mantienen durante largos periodos en la atmósfera. Se utilizan como propelentes o gases impulsores en aerosoles, espumas y líquidos refrigerantes de frigoríficos. Algunas teorías atribuyen al agujero de la capa de ozono el aumento de enfermedades graves de la piel o de problemas oculares.

OTRO PROBLEMA El premio Nobel de Química Paul Crutzen publica enLa Recherche una solución para evitar el calentamiento terrestre. Propone lanzar a la estratosfera un "millón de toneladas de azufre", con lo que se lograría generar micropartículas que reducirían la cantidad de luz solar que llega a la Tierra.