La peor tragedia ocurrida en una guardería en México provocó la muerte en el norteño estado de Sonora de 31 bebés, de entre tres meses y dos años, la mayoría por asfixia, y heridas a 21 menores y cinco adultos que han sido hospitalizados, algunos graves.

El siniestro se inició a las 15.00 hora local de la ciudad de Hermosillo (23.00 GMT) al parecer en un depósito de neumáticos, cercano a la guardería y las llamas y el humo se extendieron a las instalaciones donde había unos 70 pequeños, además de cinco cuidadoras, las cuales resultaron heridas.

La tragedia ocurrió en la guardería "ABC" concertada con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Hermosillo, ciudad, situada a 1.959 kilómetros al noroeste de la capital mexicana.

José Larrinaga, portavoz de la Procuraduría de Justicia de Sonora, dijo que el balance de muertos es por el momento de 31 niños y que la mayoría de ellos fallecieron por asfixia.

La misma fuente dijo que el balance de heridos es de 26, cifra menor a los 40 o 50 que inicialmente declaró a la prensa. Larrinaga explicó que al principio fue difícil saber el número porque al lugar llegaron varias ambulancias que partieron a distintos hospitales, además de que varias personas emplearon sus autos para tumbar los muros de la escuela y rescatar a los menores.

Inicialmente se había informado de que en el momento del siniestro estaban entre 130 y 150 niños, pero Larrinaga corrigió después para señalar que había unos 70.

Una fuente de Protección Civil dijo que esa guardería recibe todos los días a unos 200 niños, pero que a la hora en la que se produjo el incendio varios habían sido recogidos por sus padres.

Las autoridades locales están buscando la forma de enviar vía aérea a los que resultaron gravemente quemados a hospitales de Arizona, Estados Unidos.

Larrinaga manifestó que los peritos están investigando dónde se originó el incendio y que hay dos empleados del depósito de neumáticos que permanecen detenidos declarando ante la Policía.

Las autoridades federales han enviado a Hermosillo, capital de Sonora, un equipo de quince médicos expertos en reconstrucción y cuidados intensivos, tres ambulancias aéreas, medicamentos, materiales de curación y asistentes de respiración.

Después de conocerse la tragedia, el presidente de México, Felipe Calderón, expresó su "profundo dolor" por esta tragedia y envío un equipo de emergencia para atender a los heridos.

Además dio instrucciones al director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Daniel Karam, "para que se trasladara de inmediato al lugar y atendiera personalmente tanto a los niños afectados, como a los familiares de las víctimas, con el fin de que reciban todo el apoyo necesario" en el tiempo más breve posible.

También ordenó al procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, que "se inicien cuanto antes las investigaciones sobre lo ocurrido y, en su caso, se deslinden las responsabilidades correspondientes".

El gobernador de Sonora, Eduardo Bours, quien se encontraba de visita oficial en Scottsdale, Arizona (Estados Unidos), se vio obligado a regresar a México para supervisar directamente los trabajos de atención a las víctimas.

Bours también expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y prometió el apoyo del Gobierno estatal