El fuego sigue haciendo estragos este verano. Tras arrasar Tarragona, Avila, Extremadura y Teruel, entre otras provincias, ahora lo peor está en La Palma. La isla canaria está siendo brutalmente azotada por un incendio que se inició a última hora de la noche del viernes y que obligó a evacuar a polideportivos y hoteles cercanos a 4.000 personas de los términos municipales de Mazo y Fuencaliente, al sur de la isla. Las llamas destrozaron varias viviendas y provocaron cortes en las carreteras. De momento, ninguna persona ha resultado herida.

Las altas temperaturas y el viento (que llegó a alcanzar los 70 kilómetros por hora) provocó que las autoridades no fueran ayer nada optimistas, ya que el fuego se expandía hacia el este y el oeste. De hecho, a media tarde se tuvo que desalojar a otros vecinos de la zona conocida como Montes de Luna (también dentro del municipio de Mazo). El principal miedo era que el fuego avanzara en dirección norte y atravesara la isla. Sin embargo, el consejero de presidencia del Gobierno canario, José Miguel Ruano, lanzó un mensaje de tranquilidad y aseguró que hoy el incendio --cuyo origen todavía se desconoce-- perderá intensidad debido a la bajada de temperaturas que se registrará en La Palma, a donde llegaron 59 miembros de la Unidad Militar de Emergencias. El Gobierno también aprobó el desplazamiento de un hidroavión y un helicóptero, que se sumaron a los seis helicópteros que ya trabajaban en la zona más el otro que envió el Cabildo de Gran Canaria.

El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se desplazó a la isla de La Palma para seguir las labores de control. Rivero destacó que la prioridad son las personas. Por eso, aplaudió la iniciativa de evacuar a los 4.000 vecinos de Mazo y Fuencaliente. El presidente también dejó claro que la colaboración entre las diferentes administraciones es "total".