Como en el tópico del gallego, que no se sabe si sube o baja la escalera, los españoles con hijos en edad escolar tampoco acaban de aclararse a la hora de evaluar si la educación que reciben sus vástagos va a mejor o a peor. Casi la mitad de ellos (el 45,9%) opinan que el nivel de conocimientos que los colegios exigen a los niños es "demasiado bajo". El 44,6%, en cambio, lo considera "adecuado", mientras que el 5,5% lo califica de "demasiado alto", según revela el último estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), titulado La educación en España.

La tesis gallega que se desprende de este trabajo no la avala únicamente el desacuerdo paterno en el análisis del sistema educativo. Otra muestra de la discordia es esta: por una parte, la mayoría de las 820 personas que fueron entrevistadas para el informe están convencidas de que "la poca colaboración de las familias" es la segunda causa del fracaso escolar, solo superada por el poco esfuerzo de los estudiantes. Y por otra, los mismos encuestados se ponen una nota de 4,1 sobre 5 cuando se les pide que puntúen su implicación en la formación intelectual de sus descendientes. "Lógicamente --aseguran los autores del estudio--, las mujeres están más contentas que los hombres", como indica que el 43% de madres se sientan "muy satisfechas" por este aspecto y que la cifra baje al 28% en el caso de los padres.

LINEA OPTIMISTA Manteniéndose en esta línea optimista, los tres expertos que han elaborado el estudio --Víctor Pérez-Díaz, Juan Carlos Rodríguez y Juan Jesús Fernández-- resaltan en varias ocasiones "el esfuerzo" efectuado por las familias.

Un "efecto positivo" que viene avalado, por ejemplo, por el hecho de que el 46,2% de los encuestados ayudan a sus hijos "siempre o casi siempre" a hacer los deberes, porcentaje mucho mayor que en el 2000, cuando se llegó al 27,7%. También alcanza resultados muy halagüeños el grado de satisfacción con el centro escolar en el que estudian los niños, puesto que ocho de cada 10 padres están encantados.

En este sentido, son pocos los que ven problemas en la oferta educativa: un 11 % menciona la poca capacidad educativa de los profesores; otro 11% el poco interés de los contenidos que se enseñan, a lo que se añade un 3%, que se refiere a factores como el sistema educativo o el Estado.

COLABORACION DIRECTA A ello hay que añadir la implicación directa y constante de los padres en los deberes de los hijos, que aumenta hasta el 56%, frente al 39% de padres que lo hacía hace ocho años. Preguntar la lección y leer en voz alta son tareas en las que más se implican los padres de alumnos de Primaria.

A la vez, el estudio de Funcas otorga al nivel de la enseñanza una nota de 3 sobre 5, pero la sombra de la incertidumbre --de la tesis gallega -- reaparece cuando, al mismo tiempo, los entrevistados aseguran que la calidad de la enseñanza tiene fuertes problemas, entre los que destacan "la poca preocupación de los padres, la escasa motivación de los chavales, la conflictividad en los colegios y la indisciplina".

Sobre los recursos educativos, el trabajo revela el cambio de los mismos en los últimos años: descienden los libros de texto en la media de los hogares, al pasar de 200 en el año 2000 a 180 en el 2008. Sin embargo, aumenta la dotación de ordenadores con internet (un 22% de hogares en el 2000 frente al 77% en el 2008).