No son momentos para celebrarlo con alegría, pero en la Fundación Vicente Ferrer han visto como desde el fallecimiento de su fundador, el pasado viernes, se ha disparado el interés por la organización, con sede en Barcelona. Desde ese día, se han dado de alta unos 600 socios y padrinos más, según la fundación. No es un número relevante con respecto al total de socios, unos 135.000, pero sí supone un incremento repentino.

La fundación prepara la ceremonia que se celebrará en Barcelona en recuerdo al cooperante. En principio, será la primera semana de julio, aunque la fecha definitiva dependerá de la posible asistencia de la viuda de Ferrer, Anne Perry.