El cuarto y multitudinario encierro con más de 7.000 participantes de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes, conocida como la Pamplona chica, se saldó ayer con 63 heridos. Dos de ellos, de 18 y 16 años, sufren heridas muy graves por cornadas en la cabeza, fracturas y traumatismos. Otros 17 fueron atendidos en hospitales de contusiones por aplastamiento.

El festejo, iniciado a las ocho de la mañana, discurría limpio pero la llegada al llamado portón de los cobardes, que da acceso a la plaza, se convirtió en una trampa para los osados que se atrevieron a correr delante de los toros. Decenas de jóvenes quedaron atrapados en un tapón que Protección Civil y los organizadores tardaron tres minutos en desatascar en medio de angustiosas y dramáticas escenas.

REVOLTIJO CRUENTO El tapón, que se ha producido en otras ocasiones pero de menores dimensiones, estuvo originado por la "desafortunada caída seguida de varios corredores", que fueron incapaces de levantarse, según explicó el concejal encargado de festejos de San Sebastián de los Reyes, Jesús García. Como resultado, animales y personas se vieron envueltas en un cruento revoltijo. Las reses (toros y cabestros) se abrieron paso sobre la masa humana causando graves contusiones y cornadas.

Los servicios de emergencia no daban abasto para atender a los heridos. Se desplazaron 17 ambulancias y se montó un hospital de campaña. Los heridos más graves fueron trasladados en helicóptero a los hospitales Doce de Octubre y Ramón y Cajal.