No hay tregua en Melilla. La madrugada del miércoles, en un nuevo abordaje masivo, unos 500 inmigrantes asaltaron la doble valla que separa la Ciudad Autónoma y Marruecos. Unos 65 consiguieron acceder a suelo español en esa intentona, que acabó con 40 subsaharianos heridos, la mayoría por cortes en la mano ocasionados por las cuchillas del alambre de espino. También resultaron contusionados dos agentes, uno de ellos al volcar su todoterreno.

La entrada masiva se produjo a las 5.56 horas de la madrugada en los Pinares de Rostrogordo donde la valla aún no ha sido elevada a seis metros. Ese tramo estaba custodiado por un fuerte dispositivo de la Legión y de la Benemérita, que contaba con el apoyo de un helicóptero equipado con cámara de visión nocturna llegado de Málaga.

El importante despliegue, en el que participaron los 40 agentes especiales de la Guardia Civil trasladados desde la península, abortó en gran medida la avalancha. Muchos africanos fueron interceptados en el espacio existente entre las dos vallas y devueltos a Marruecos. Precisamente ese espacio se empezó a llenar ayer con varias capas de alambre de espino para hacerla impracticable.

Esta avalancha es la última de la treintena que se han producido este año en Melilla. Los 65 inmigrantes que lograron pasar se suman a los cerca de 700 que han entrado en Melilla en estas dos últimas semanas. Esta nueva entrada ha desbordado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde hay 1.400 inmigrantes acogidos. Aunque se han instalado 60 tiendas de campaña, 200 subsaharianos tienen que dormir al raso. En esta ocasión, la mayoría protagonizaron el asalto procedían de Mali y Ghana.