Los endocrinólogos dedican el 80% del tiempo de sus consultas a tranquilizar a los padres sobre la talla de sus niños, y a convencerles de que no todos pueden ser igual de altos.

Un estudio presentado ayer en un congreso de pediatría que reúne en Barcelona a más de mil especialistas, y que se clausura el domingo, señala que solo el 5% de los niños que acuden a la consulta por temas relacionados con su baja talla sufren alguna patología endocrina. El informe añade que es mucho más frecuente encontrar otras enfermedades, como por ejemplo la intolerancia al gluten (celiaquía), que en muchas ocasiones solo se manifiesta con baja estatura y sin síntomas digestivos.

El trabajo, llevado a cabo por la doctora Lourdes Ibáñez, endocrinóloga del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, explica que la talla genética cuenta, y que en un 85% de los casos lo que va a medir un individuo está ya determinado. Añade que en la década de los 40 y los 50, la media española tuvo un gran crecimiento, pero en los últimos años se acerca cada vez más a la europea. Actualmente, la estatura media de los hombres en España es de 1,75 metros y la de las mujeres, de 1,63.

Las tallas bajas en los niños de causa no endocrinológica pueden ser debidas a diferentes factores, como genéticos, retrasos constitucionales del crecimiento o enfermedades crónicas, incluida la intolerancia al gluten.

En este sentido, Ibáñez ha explicado que no es infrecuente detectar marcadores de celiaquía positivos en los análisis de los niños que acuden a los endocrinólogos por talla baja y, por este motivo, en la primera prueba que se realiza en la consulta de endocrinología se deben determinar estos marcadores.

También añade que, aunque solo el 5% de las consultas por talla baja se deben a patologías endocrinas, la presión social y la negativa de los padres a aceptar a hijos bajos hacen que los pediatras deban llevar a cabo una labor de docencia con éstos.