Javier E. está "enganchado" a los videojuegos. El último que se ha comprado es Grand theft auto. Por 36 euros (6.000 pesetas), las posibilidades son infinitas: dar auténticas palizas a prostitutas, traficar con droga y matar a inocentes con un bate de béisbol. El videojuego arrasa. Con más de cinco millones de copias compradas en todo el mundo, es el más vendido desde hace un par de años.

Javier sabe que el Grand theft auto es "moralmente reprobable", pero afirma que es "muy divertido" y está "muy bien hecho". Javier --que no cree excesivas las dos horas diarias que dedica a los videojuegos-- dice que aunque pasara más tiempo frente al ordenador jamás trasladaría a la vida real la brutalidad de la pantalla. Javier es ingeniero y tiene 28 años. ¿Qué pasaría si tuviera 12?

PROTECCION

Amnistía Internacional (AI) se ha hecho la misma pregunta. Y ha llegado a una conclusión: el Gobierno español debe elaborar una ley estatal para regular los videojuegos y prohibir que los menores de edad puedan acceder a los más violentos. Actualmente, sólo Galicia y Canarias tienen una normativa específica. Mientras, Euskadi y Navarra carecen de cualquier ley y el resto de comunidades disponen de una regulación "demasiado genérica", según la ONG.

"Hoy en día cualquier chaval puede comprar o bajarse de internet juegos que vulneran los derechos humanos. A partir de los 18 años cada uno puede hacer lo que quiera, pero hay que legislar para proteger a los niños de esa violencia", criticó ayer la presidenta de AI España, Eva Suárez-Llanos, en la presentación del informe ¿Sabes a qué juegan tus hijos?

Ahora, los videojuegos en España carecen de un criterio único para advertir sobre la edad recomendada para utilizarlo. Y eso a pesar de que el 60% de los adolescentes juegan con ellos de forma cotidiana, según un informe del Instituto de la Juventud.

En el año 2000, los fabricantes aprobaron un código de autorregulación al que algunas empresas se acogen de forma voluntaria para advertir en las carátulas para qué edad están recomendados. Pero a la hora de la verdad, si un niño de 10 años quiere comprarlo, lo hace. Y si se lo pide a sus padres, éstos, en muchos casos, no tienen información real sobre la violencia de las imágenes que contiene.

Los técnicos de AI desconocen qué porcentaje de juegos del total que hay en el mercado vulnera los derechos humanos. Pero hay datos que dan pistas. En España se editan 30 revistas especializadas. "En todas --destacó Suárez-Llanos-- se utiliza un lenguaje agresivo y se ensalzan los juegos en los que se premia por matar personas".

Algunos ejemplos ponen los pelos de punta. Kaboom es un juego que se puede bajar de internet sin recomendación por edades. La misión consiste en ser un suicida palestino. Cuantos más israelís se maten, mejor. Y si son niños o mujeres, el jugador obtiene más puntos.

BATE ASESINO

Mafia --un videojuego que se puede comprar en cualquier tienda especializada-- está etiquetado para mayores de 16 años, pero Amnistía cree que debería elevarse la edad a 18. El usuario es un aspirante a mafioso que atropella a personas y las mata con un bate de béisbol mientras oye cómo sus víctimas lloran y gritan: "Por favor, no. Soy demasiado joven para morir".

El informe reconoce que la situación es "algo mejor" que la de hace un par de años. Sin embargo, considera que "todavía hay mucho por hacer" y pone encima de la mesa una recomendación para los fabricantes. "El etiquetado sobre la recomendación de la edad lo debe hacer un equipo independiente de maestros y psicólogos".