Su especialización --la descripción del talante de los recién nacidos-- precisa de mucha paciencia. Mercé Leonhardt, persona calmada y elocuente, ha observado a miles de bebés. También ha atendido a decenas de niños que nacieron ciegos y acaba de abrir consulta en Anantapur (India), en el complejo del fallecido Vicente Ferrer.

--¿Con qué información nacemos?

--Desde el momento en que nacen, los niños muestran un potencial que será determinante. No son una página en blanco sobre la que los padres irán escribiendo. En absoluto. A los tres o cuatro días de vida, ya demuestran su temperamento.

--¿Qué tipo de potencial?

--Las personas nacemos preparadas para estar en el mundo. Al abrir los ojos, los bebés empiezan a desarrollar la capacidad de percibir el entorno, van viendo qué les gusta y qué no. Unos investigan con los ojos; otros prefieren escuchar, ser tocados, estar en contacto con los demás... Cada niño te va diciendo qué es prioritario para él.

--¿Es fácil interpretarlo?

--Al principio, no. La interpretación viene de la observación. Cuando has observado a muchos, codificas sus características y sabes su forma de ser. Es muy útil con los niños que pasan las primeras semanas en la uci. Los padres creen que su hijo les verá como a desconocidos.

--Y no es así.

--No. Hace poco, traté a una pareja que acababa de tener un hijo ciego y con síndrome de Down, un niño muy observador. Un día, hicimos una prueba: pusimos al bebé en un punto equidistante a los tres --el padre, la madre y yo--, y lo llamamos por su nombre. El niño escogió primero a su madre, por supuesto, y después a su padre. Fue muy emocionante.

--Dice que a los pocos días ya muestran su temperamento.

--Sí, sí. Todos venimos al mundo con un temperamento que nos orientará hacia una forma de ser. Después, con eso se formará el carácter y la personalidad. El temperamento son las características fundamentales: la perseverancia, el amor, la búsqueda de contacto con los demás... Existen tres tipos principales y cada bebé se suele ajustar a uno, o a dos.

--¿Todo eso ya se tiene al nacer?

--Ya está, y se puede ver. Al niño del primer tipo, todos los estímulos que le das le van bien. El del segundo, rehúsa la mirada, te dice que "no" y has de estar mucho rato quieta, frente a él, para que poco a poco se vaya impregnando de ti y se suelte. Con el del tercer grupo, apenas harás nada. No podrás parar su actividad.

--¿Qué utilidad tienen estas observaciones tan iniciales?

--Ayudar a los padres a que conozcan mejor a su hijo, en especial si tiene algún problema fisiológico, que son los que me envían a mí. Me interesa esta edad porque es la que tendrá más repercusión en el resto de la vida. Es la que más determina el futuro.