En determinadas zonas del cuerpo (abdomen, costados y cara interna de las piernas), además de liposucción, a veces están más indicadas otras técnicas como son las dermolipectomias o abdominoplastias. Las más frecuentes se realizan en el abdomen, por los efectos del embarazo y por importantes pérdidas de peso.

La liposucción se practica cuando no hay exceso de piel, esto es en abdomen globuloso y con buena calidad de piel, que tras la intervención pueda retraerse y adquirir un buen aspecto. Pero cuando haya gran flacidez será necesario realizar la dermolipectomía. Esta tiene como objetivo la extracción del exceso de piel y grasa del abdomen, así como para tensar la musculatura de la región y eventualmente corregir una hernia o eventración.

La incisión se ubica en la región púbica y se prolonga lateralmente (bajo el traje de baño). El tamaño de la cicatriz va a depender de la zona a resecar, pudiendo ser mínima (minilipectomías). La intervención se realiza con anestesia general y suele requerir 2 días de ingreso y el reposo del paciente durante una semana. En ocasiones, como consecuencia de pérdidas de peso, la fina piel de la cara interna de los muslos se vuelve muy flácida y es necesario resecarla. La intervención se llama lipectomía crural o cruroplastia. El resultado es una cicatriz que coincide con el pliegue inguinal y que va a quedar parcialmente oculta. El postoperatorio es algo incómodo por la zona, pero entre los 10 y 15 días el paciente se reincorpora a su vida normal.