Los jueces también han tenido sospechas de que Domingo Merino Arjona, de 55 años, ve más de lo que dice. Pero ningún médico ha podido establecer el grado de "reserva de visión" pese a su ceguera. Por eso, la sección segunda de la Audiencia de Barcelona le ha absuelto de estafar a una aseguradora por las secuelas padecidas en un accidente de tráfico. Tras cobrar la indemnización por quedar invidente, fue sorprendido conduciendo un turismo a 150 kilómetros por hora.

Merino no imaginó que la imprudencia de tráfico, cometida el 16 de febrero de 1998 en la N-340 --que une Albacete y Valencia--, acabaría sentándole en el banquillo. Pero no por pisar demasiado el acelerador, sino por estafa procesal.

En 1996, tras un accidente de moto, Merino cobró 546.000 euros por la ceguera total. La aseguradora entendió que conducir a esa velocidad era totalmente incompatible con su ceguera.

La sección segunda de la Audiencia de Barcelona reconoce que no puede considerar acreditado que el acusado engañara al juez que declaró su incapacidad ni a la compañía de seguros. Pero los magistrados sospechan "que su agudeza visual es mayor de la que dice tener".