El primer activista antitransgénicos procesado en España quedó ayer absuelto por falta de pruebas de un delito de daños, que, según la fiscalía, había presuntamente cometido al segar un campo experimental de la Generalitat plantado con maíz genéticamente modificado. La acusación pública había solicitado que el acusado, Albert Ferré, simpatizante de la Plataforma Transg¨nics Fora, pagara, de ser hallado culpable, una sanción económica de medio millón de euros.

La sentencia absolutoria, hecha pública ayer por un juzgado de Lleida, constata que en el juicio celebrado el 19 de octubre no pudo acreditarse que el procesado "fuera el autor material de los daños causados en las parcelas, ni tampoco el inductor o instigador de la acción". Ferré fue acusado por la Fiscalía de Lleida, la Universitat de Barcelona y el Instituto de Recerca i Tecnología Agroalimentarios (IRTA) como autor de los destrozos sufridos el 3 de julio de 2004 en unos campos de investigación genética situados en Gimenells (Segri ).

Los afectados calcularon que los daños ascendían a más de 469.000 euros, aunque, finalmente, en la vista oral retiraron la acusación.