Nueve muertos y 27 heridos --siete de ellos en estado grave-- es el balance de un accidente ferroviario ayer por la mañana en la región de Tirol-Alto Adigio, en el que se vio involucrado un tren de cercanías, formado por tres vagones, que transportaba a trabajadores y estudiantes en su mayoría. El accidente ocurrió entre las estaciones de Laces y Castelbello, cuando el convoy viajaba en dirección hacia Merano, en el norte de la península, muy cerca de la frontera austríaca.

Poco después de las nueve de la mañana, el tren, estrenado hace solo cinco años y dotado de modernos sistemas de detección de desprendimientos de terreno en las vías, recibió el impacto de 400 metros cúbicos de tierra y fango y con una longitud de 15 metros, que se habían desprendido de las alturas. Los aparatos de abordo no dieron tiempo a señalar el derrumbe y los dos primeros vagones fue alcanzado directamente por la masa montañosa, que lo empujó hacia el valle.

"Un deslizamiento de tierra tocó los dos primeros coches de este pequeño convoy", señaló un responsable de los bomberos.

Las ventanas y puertas de los vagones fueron destruidas y las víctimas perecieron a causa de la masa fangosa que les cayó encima. Otros fueron catapultados al exterior del tren. Entre ellos se encontraban los tres desaparecidos que se han producido a causa de esta tragedia ferroviaria.