Cuando en el verano de 1980 nueve expedicionarios extremeños pisaron el suelo de Spitzberg no eran conscientes de que aquella aventura supondría un hito para el alpinismo español. Entonces, solo eran personas con gustos un poco raros. Hoy, Santiago Brun, Luis Colino, José Luis Sanguino, María Gemio, Manuel Pajuelo, Miguel A. Alvarez, Ricardo del Pueyo, Francisco Salgado y José María de Miguel --estos dos últimos fallecidos en el Himalaya un tiempo después-- pasarán a la historia por haber sido los primeros en pisar el Artico como miembros de la expedición Spitzberg 80 .

Todos pertenecían al Club de Montañeros de Badajoz y Monfragüe y ahora, 30 años después, su apasionada historia se plasmará en un documental que ya ha comenzado su rodaje y que se estrenará en otoño en la Filmoteca de Extremadura en Cáceres.

La idea, según explica la directora de la cinta, Miriam Soms, surgió a través del proyecto La mirada de Extremadura , que pretende crear un archivo con las películas familiares y amateur de la región. Santiago, el jefe de la expedición, se llevó una cámara de 16 mm y grabó la experiencia con fines documentales, por lo que esta se ha podido recuperar y junto con centenares de diapositivas y los testimonios de los protagonistas, sacarán a la luz una historia de gran valor hasta ahora desconocida para el público.

María, la primera mujer en pisar el Artico, está muy contenta con el proyecto porque "es un bonito detalle para todos los participantes, especialmente para Santiago --su marido--, que fue un gran jefe de expedición".

Afirma que aunque fue duro, "era una confirmación de todo lo que había hecho en montañismo", porque ella, al igual que Santiago, llevaba mucho recorrido a las espaldas. "Aumenta la confianza en tí y te mejora como persona, porque te vuelves más comprensivo y paciente", afirma. Y de la aventura, dice que "ahí arriba, solo había hielo y belleza, no me cansaba de mirar los paisajes. Fue una gran satisfacción", asegura.

Santiago, el jefe de la expedición, afirma que ahora que ha pasado el tiempo, es cuando se ha dado cuenta de que lo que hicieron fue "una acción pionera en Extremadura, que apenas contaba entonces con sentimiento regionalista". Para él, "fue algo fascinante, muy hermoso", que recomendaría "a todos los jóvenes porque pueden combinar el disfrute de la escalada con la investigación científica y bióloga". Santiago afirma que nunca podrá olvidar los maravillosos paisajes y los atardeceres perpetuos --por la inclinación del sol en esa zona de La Tierra-- que solo hacían brillar los ríos y mares helados.

Un gran espectáculo que La Caja Negra Producciones y 2 DE MEDIA se encargarán de acercar al público después del verano.