La acusación particular imputó hoy los delitos de homicidio con dolo y abandono de menores incapacitados a una joven boliviana acusada de la muerte del niño de 9 años con parálisis cerebral al que cuidaba, al que dejó solo en su vivienda mientras ella acudía a una discoteca.

El juzgado de instrucción 2 de Sevilla celebró hoy, con asistencia de la acusada, una audiencia prevista en la Ley del Jurado en la que la Fiscalía y la acusación particular que ejercen los padres del niño pidieron que el caso se enjuicie como un presunto homicidio ante un jurado popular. La defensa, por su parte, solicitó que un juez profesional vea el caso, por considerarlo sólo un delito de homicidio por imprudencia, según explicaron a Efe fuentes judiciales.

La joven I.C.C., de 20 años, cuidaba al niño durante un viaje de sus padres pero se fue a una discoteca y le dejó solo en su vivienda de Sevilla desde la tarde del sábado 26 de agosto de 2006 hasta las 20.00 horas del lunes, cuando los padres regresaron y lo encontraron muerto por deshidratación. La joven estuvo en una discoteca, dio las llaves de la casa a un amigo con el que estuvo bailando y luego le perdió de vista, tras lo cual no tomó ninguna medida para abrir la vivienda o alertar a los padres.

Las fuentes explicaron a Efe que el fiscal imputó hoy a la procesada un delito de homicidio con dolo eventual, por entender que la cuidadora fue consciente de las posibles consecuencias de su acto pero aún así no hizo nada para evitar el desenlace.

Por su parte, el letrado de los padres añadió otro delito de abandono de menores incapacitados, por lo que su petición final de condena podría ascender a ocho o diez años de cárcel, añadieron las fuentes. Hasta ahora, la cuidadora estaba imputada de un presunto homicidio por imprudencia, con una condena aparejada de entre 1 y 4 años de cárcel.

La defensa de I.C.C., además de oponerse al juicio con jurado, propuso al juez dos nuevas pruebas: una carta de la joven dirigida a los padres del niño, en la que pide perdón por lo sucedido, y el testimonio de un amigo que vio a la acusada buscar al que se había quedado con las llaves. La procesada, que está en libertad sin fianza desde diciembre pasado por orden de la Audiencia de Sevilla, ha alegado su inmadurez mental como atenuante.