Los ocho presuntos acosadores que declararon ayer ante el fiscal de San Sebastián por el suicidio del alumno de 14 años Jokin C., reconocieron que se burlaron de él durante los primeros días de curso y que le dieron algún "cachete", pero negaron que le hubieran propinado palizas.

Los menores imputados son siete chicos y una chica compañeros de clase de Jokin en el instituto Talaia de Hondarribia. Acudieron al Palacio de Justicia con sus padres, y declararon individualmente ante el fiscal en presencia de su abogado y del letrado de la acusación particular, ejercida por la familia del fallecido.

Admitieron que le dieron "collejas" y "cachetes", pero añadieron que esas actitudes son generalizadas. Aceptaron que al inicio de curso se mofaron del chico en el "aniversario" del incidente en el que se hizo sus necesidades encima por un desarreglo intestinal. La toma de declaraciones versó sobre las supuestas palizas y vejaciones que presuntamente sufría Jokin, antes de que decidiera acabar con su vida el 21 de septiembre, arrojándose desde la muralla de Hondarribia.

Entraron en el Palacio de Justicia en lapsos de una hora, para no coincidir y evitar a la prensa. Sus padres hicieron público un comunicado en el que calificaron la situación que padecen sus hijos de "injusticia atroz", y ponían en cuestión si las burlas de los compañeros fueron la única causa de una "tragedia" como el suicidio de Jokin.

En sus declaraciones de ayer, los jóvenes reconocieron que desconfiaron de Jokin después de que un monitor les descubriera en un campamento cuando fumaban porros. Desde entonces, fue tachado de chivato.