El día 17 nos ha dejado Román, un hombre bueno. Con esta escueta frase sólo sabrán sus muchos amigos que nos abandonó un buen esposo, padre, hijo, hermano y amigo, que pasó por la vida de una forma honrada y sencilla, procurando hacer el bien a todos los de su alrededor. Dedicado a su familia, amigos y a su trabajo, sólo distraía estas principales ocupaciones con su afición a las motos, al campo y a las maquetas. Pero también hemos de decir que, a la vez se ha ido Román Ordiales, miembro de una conocida saga de empresarios cacereños.

En estos tiempos difíciles y dejando a un lado caminos cómodos que él rechazaba, con ilusión y esfuerzo, apostó junto a su hermano por continuar lo que había sido construido tantos años atrás, a pesar de las muchas dificultades con las que se encuentra el empresariado actualmente.

Hace dos meses una fatal enfermedad se cebó en él, consiguiendo quitarle la vida, sin que por ello, ni en el último momento, se diese por vencido. Esperemos que el ejemplo que nos ha dejado sirva para aliviar el dolor de sus seres queridos. DEP.

F. E. R.