Volar en avión durante cuatro horas o más implica el riesgo de sufrir una trombosis venosa o una embolia pulmonar, reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe, sin precedente, en el que define al denominado síndrome de la clase turista como un problema grave de salud pública.

La declaración se apoya en estudios coordinados desde Holanda, que concluyen que una de cada 6.000 personas que vuelan más de cuatro horas, y una de cada mil si lo hacen más de 12 horas, sufren algún tromboembolismo.

Este grave accidente vascular se atribuirá al vuelo aunque aparezca en los 60 días posteriores al viaje, ya que así se ha constatado que sucede comparando a grupos de afectados que habían volado con aquellos que no lo habían hecho. "Las compañías aéreas han negado hasta ahora que las trombosis sufridas días después de haber volado tuvieran relación con el viaje, pero se ha podido demostrar que sí existe esa vinculación", afirmó el doctor Francesc Casals, hematólogo del Hospital Clínic, de Barcelona, miembro de los grupos de estudio que colaboran con la OMS.

El documento, dirigido a los gobiernos y a las compañías, debería ser respondido con medidas preventivas en los pasajeros que tienen factores de riesgo de sufrir una crisis trombótica, dijo.

Entre los más vulnerables están las que toman anticonceptivos orales, los obesos y quienes miden más 1,90 metros o menos de 1,60. En los más altos, la mala circulación que conduce al trombo surge de la imposibilidad de estirar las piernas y en los bajitos, el riesgo aparece si, para reposar los pies en el suelo, se escurren en el asiento.