La ilusión de prosperar fue el principal motivo que arrastró a Andrés García Vázquez y Adriana Cervantes a abandonar su México lindo y querido. Escasos de equipaje, hace ya siete años que llegaron a España. Hoy, sus sueños comienzan a hacerse realidad en Cáceres. Es la otra cara, la amable, de la inmigración.

Con la idea de emprender una nueva vida, apostaron por abrir hace dos años un negocio familiar. "Vimos que en España la comida mexicana no era la auténtica; se usaba mucho el tex-mex, que es comida más bien de la frontera de México con EEUU" ,explica Andrés. Su primer restaurante, Gaucamola, situado en la calle Cervantes, supuso para ellos una enorme aceptación por parte de los cacereños. Andrés asegura que el éxito de su negocio se debe a "la comida que ofrecemos, porque es totalmente casera, y la elaboramos como la hacían los auténticos mexicanos: los indígenas mayas y los aztecas". Y es que los platos, que con tanta dedicación prepara Adriana, solo se elaboran con productos frescos y de calidad. " La materia prima", apunta Andrés, "la importamos directamente de México mientras que la carne, siempre de máxima calidad, y otros productos, los compramos aquí".

Raíces de árboles, pimientos secos, harina de trigo, la flor de calabaza o el hongo producido por el maíz (huit-lacoche) son cocinados por las manos de Adriana para elaborar los platos mexicanos que componen la carta de su restaurante. "Se puede degustar ternera de retinto, pollo, cerdo, el mole, que lleva 50 ingredientes, y las demandadas tortitas", comenta Adriana, "y todo acompañado, además, por el agua de frutas que nosotros mismos preparamos".

El restaurante de Andrés y Adriana resulta ser una taquería que, explica Andrés, "son los restaurantes del pueblo; su precio es asequible para todo el mundo y no se usan cubiertos; los alimentos comidos con las manos, adquieren un ´algo´, un sabor más peculiar".

La inaguración de una nueva taquería en el Vivero, hoy sábado, es fruto del esfuerzo y tesón de esta pareja mexicana. La alta demanda de la cocina de Adriana les animó a embarcarse en este proyecto empresarial, con el que desean conseguir instalarse por toda Extremadura en un plazo de 2 o 3 años, y "ahora, con la franquicia, si es posible, por toda Europa", comenta Andrés.

La cadena de taquerías se conocerá con el nombre de la primera, Guacamola, vocablo utilizado por los indígenas del estado de Sinaloa, para denominar al guacamole.

Adriana y Andrés confiesan sentirse felices en Cáceres. Han conseguido triunfar en un país distinto al suyo gracias a su esfuerzo constante y su trabajo diario. Al preguntarle a Adriana sobre el secreto de su comida y de tanta prosperidad, ella humildemente responde," ¿el secreto? yo creo que son mis manos".