Los monos saben reconocer lo que es justo de lo que es injusto, y al igual que los humanos, se rebelan contra los favoritismos. Así lo ha demostrado un equipo de científicos del Centro de Investigación de Primates de la Universidad de Emory (EEUU), cuyas conclusiones publica hoy la revista británica Nature .

La científica norteamericana Sarah Brosnan y el holandés Frans de Waal seleccionaron a un grupo de diez monos capuchinos a los que enseñaron, primero, a intercambiar fichas por comida. Repartidos en dos jaulas desde las cuales podían observarse unos a otros, los primates entregaban la pieza y recibían a cambio una tajada de pepino. Sin embargo, cuando uno de ellos advertía que su vecino, en lugar de recibir la vulgar hortaliza, era recompensado con una deliciosa uva, inmediatamente montaba en cólera. Algunos se negaban a pagar, y los que lo hacían rechazaban el pepino.

EXPERIMENTO AL EXTREMO

Los investigadores, que ahora realizan estudios con chimpancés, llevaron el experimento al extremo, y algunos monos empezaron a recibir uvas sin tener que dar nada a cambio. La indignación fue general, y el 80% de los primates se negaron desde ese momento a comprar pepinos con sus fichas. Una auténtica rebelión, una señal de protesta muy parecida, en el fondo, a la que lleva a cabo un trabajador en el momento en que se pone en huelga.

"Comprobamos que los monos comparaban su recompensa con la de sus compañeros y se negaban a aceptar algo de menos valor que lo que recibían los otros", resumió Brosnan. El científico destacó que el hecho de haber identificado estas reacciones similares entre los primates y los hombres abre una nueva perspectiva en los estudios psicológicos que intentan establecer cómo el hombre adopta decisiones económicas con base en conceptos como el esfuerzo, la pérdida y la ganancia.