La agencia de certificación de riesgos Moody's ha bajado hoy la calificiación de la deuda de Grecia al nivel A3, a la espera de una mayor precisión de las medidas previstas por Atenas para afrontar el pago de sus compromisos de financiación y el establecimiento de un plan de crecimiento económico para los próximos años. La agencia advierte de una posible rebaja adicional, tras destacar el riesgo de que el país pueda terminar pagando mucho más por sus préstamos de lo inicialmente pensado.

Los mercados se están cebando hoy con los títulos de deuda griegos. Los bonos a 10 años cotizan con una rentabilidad del 8,74% frente al 8,07% de ayer, lo que constituye un nuevo máximo desde que Grecia pertenece al euro. En los títulos a cinco años, los inversores han pasado de exigir el 8,07% al 9,33%, mientras que los títulos a dos años, han llegado a cotizar a precios que implican una rentabilidad superior al 10%, lo nunca visto en la zona euro.

Los efectos de esta situación son alarmantes porque obligan a medidas urgentes para evitar que el Estado griego pueda hacer frente esas cargas financieras, alejadas de los tipos de interés de mercado vigentes en la UE. Los créditos previstos por parte del la UE y el FMI para ayudar a Grecia se han previsto en torno al 5%, por lo que una situación como la actual amenaza con colapsar las finanzas públicas del país, al incrementarse de manera importante la posibilidad de impago de la deuda por parte del Estado heleno.

El Gobierno de Yorgos Papandreu ha iniciado los contactos con el FMI y la UE sobre las condiciones vinculadas al plan de rescate. Pese a la apertura del diálogo, Atenas confía en no tener que activarlo hasta pasada la primera quincena de mayo ya que hasta esa fecha tiene dinero para hacer frente a sus compromisos de pago, siempre que el tipo de la deuda no se dispare más