La Alianza de las Civilizaciones promovida por el presidente Zapatero topó ayer con la torpeza verbal de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, quien parece dispuesta a que todas y cada una de sus intervenciones públicas se cuenten por polémicas. La inventora de la célebre expresión "miembros y miembras" usó esta vez unas jornadas sobre el papel femenino en la Alianza de las Civilizaciones para criticar que los hombres musulmanes puedan vestir en España "al modo occidental" mientras que las mujeres llevan prendas largas y pañuelos por "imposición cultural".

En una cuestión tan delicada como las diferencias culturales entre el mundo cristiano y el islámico, Aído se deslizó por la pendiente de censurar el vestuario musulmán como forma de discriminación femenina, en la inauguración de unas jornadas organizadas por el PSOE para impulsar la participación de las mujeres en el diálogo entre civilizaciones. Desde su departamento, tan ajeno a los difíciles equilibrios que exige la política exterior, la ministra antepuso su condición de feminista a la necesidad de relajar y diluir la tensión entre dos mundos contrapuestos.

Aído se preguntó si se deben respetar "todas" las tradiciones culturales o "solo algunas". O lo que es igual, si resulta compatible ese respeto con mantener "posiciones críticas con algunas prácticas culturales lesivas para los derechos de las mujeres".

Tras recordar que las mujeres mayas se ven obligadas por "exigencia cultural" a vestir "ropas de su etnia", se preguntó por qué los hombres musulmanes y los mayas "no tienen que cargar con el peso de la identidad cultural". "No todas las prácticas culturales tienen que ser respetadas", sentenció.