Con el verano llega el calor, el aire acondicionado y las discusiones en las oficinas por el control del termostato. El frío excesivo no solo contribuye al despilfarro energético y a la emisión de gases contaminantes. Los expertos coinciden en que su mal uso --con temperaturas excesivamente bajas y una gran sequedad-- es el responsable de la mayoría de las infecciones respiratorias, irritaciones en ojos y piel, lumbalgias, afonías y dolores de cabeza registrados estos meses. De hecho, se estima que cada verano el aire acondicionado causa dos millones de resfriados.

La normativa admite una temperatura de entre 17 y 27 grados. Sanidad pide que no baje de 21 grados. Los médicos recomiendan que esté por encima de 22 o 23 grados. Los sindicatos y la Administración central optan por los 24 grados. Y la Generalitat apuesta por los 25 grados para ahorrar energía. A efectos médicos, todos coinciden en que la humedad debe superar el 30%.

SIN CORBATA "La temperatura del cuerpo humano es de 37 grados. Y el entorno, con la poca ropa que se lleva, no debe bajar de los 21 grados", defiende José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad. Este especialista en medicina preventiva y salud pública subraya que los aparatos están para hacer más soportables las altas temperaturas estivales, "pero siempre es más saludable pasar algo de calor". Olmos aprueba la campaña lanzada en Japón para que los oficinistas no vistan chaqueta ni corbata y se suba la temperatura hasta 26 grados para ahorrar energía, una medida que han copiado ejecutivos catalanes y españoles.

Según Sergio Alcolea, jefe de neumología del Hospital La Paz de Madrid y directivo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, el 20% de los resfriados se producen en verano, lo que supone que unos dos millones de españoles sufrirán esta afección respiratoria. Según Alcolea, que defiende como ideal los 23 grados, los cambios bruscos de temperatura son los grandes responsables y recomienda hacer un descenso gradual o "recurrir a una chaqueta durante un cuarto de hora, hasta que el cuerpo se aclimate".

Para Héctor Verea, jefe de neumología del Hospital Juan Canalejo de A Coruña, es importante que los aparatos cumplan la normativa de higiene laboral de forma estricta, ya que pueden ser un caldo de cultivo para virus y bacterias. Por su parte, Ignacio Cobeta, jefe de otorrinolaringología del Ramón y Cajal de Madrid, recuerda que una refrigeración inadecuada causa enfriamientos en el cuello y sequedad de garganta y laringe. Este experto, por cuyas manos han pasado afamados actores y locutores, advierte de que atarse un pañuelo al cuello no sirve de nada. "Hay pacientes a los que hay que tratar con descongestionantes en pleno verano".

Los aparatos de aire acondicionado, sobre todo con una humedad inferior al 30%, también causan el síndrome del ojo seco, al que se deben el 85% de las consultas que atiende Ana Sanz, responsable de oftalmología del Complejo Hospitalario de Toledo. El factor más importante es la desaparición de la lágrima por falta de parpadeo mientras se escribe con el ordenador. "El aire acondicionado resulta matador porque reseca muchísimo".

CONVIVENCIA La humedad debe situarse entre el 30% y el 44%, según Antonio Iniesta, médico de una empresa con un millar de empleados y miembro de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo. "En la mayoría de los edificios inteligentes no se ha tenido en cuenta", dice.

Sin embargo, un estudio de UGT plantea que las quejas son más por un problema de convivencia que de salud. La mitad de los trabajadores reconocen que discuten con sus compañeros por culpa de la temperatura ambiental. Un 5% siempre está en desacuerdo "en cualquier situación, por sofisticado que sea el sistema", según la encuesta del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.