Mentras el nuevo Gobierno incorpora un número récord de mujeres y pone la igualdad en su «frontispicio», la sociedad española emite señales alarmantes de pervivencia de tics machistas y estereotipos que dificultan la ya de por sí compleja lucha contra las agresiones hacia las féminas. El número de violaciones ha aumentado un 28,4% en el primer trimestre, aunque no está claro si es porque han crecido o porque una mayor concienciación debida al 8-M y a la sentencia de La manada induce a denuncias antes silenciadas.

En este contexto, una encuesta publicada por el Gobierno saliente refleja la percepción de los españoles hacia la violencia sexual. Se trata de un estudio pionero en la UE, incluido en el pacto contra la violencia machista, ante la necesidad de conocer la aceptación social hacia abusos, acoso sexual y otros ataques, teniendo en cuenta la «estrecha relación» entre la tolerancia y la prevalencia de los mismos, según alertan los expertos.

Y las conclusiones son desalentadoras. Aunque la mayoría de los encuestados condena la violencia, porcentajes amplios de personas muestran cierta tolerancia, justifican a los atacantes y culpabilizan parcialmente a las víctimas, lo que indica que las políticas públicas efectuadas hasta la fecha no han dado los frutos deseados. Un 43% de los españoles señala que si las mujeres no quieren mantener relaciones sexuales, no deberían «coquetear».

Dos de cada 10 dicen que una mujer que vista de manera provocativa no debería sorprenderle que un hombre intente obligarla a mantener sexo y cuatro de cada diez hombres considera que el acoso sexual en el trabajo terminaría «si simplemente» ella pidiera que parase.

En el ámbito de los hogares, la situación es aún peor. El 32% de hombres opina que forzar a tu pareja no es violación. Por último, el sondeo indica que persisten estereotipos como que el alcohol o las drogas están detrás de la mayoría de las agresiones, o el mito del violador en el portal, pese a que un porcentaje pequeño de las violaciones fuera de la pareja son cometidas por desconocidos, según avisa Beatriz Bonete, socióloga y experta en género.

Desde la Federación de Mujeres Progresistas, María José Bueno aconseja incidir en la educación afectivo sexual desde la infancia, o en campañas que ayuden a comprender mejor la realidad de las agresiones, mientras que la psicóloga social Gemma Altell añade la necesidad de aprobar una ley integral de las violencias sexuales. P. M.