La catastrófica sucesión de huracanes ha desencadenado un éxodo continuo en el sur de EEUU, que ayer se preparaba para lo peor ante la probabilidad de que el Rita, cada vez más potente, impacte en la mañana del sábado en las costas de Tejas. El alcalde de Houston ordenó a los vecinos de zonas susceptibles de inundarse que evacúen la ciudad, como lo hizo su homóloga de Galveston.

La orden supone que un millón de personas tendrán que desplazarse de sus hogares para protegerse de la furia del Rita, que alcanzó ayer la categoría 5 --la máxima en la escala de Saffir-Simpson--, en el golfo de México. "Si sigue su curso actual, este huracán es un peligro para Houston y su área metropolitana", dijo el alcalde, Bill White, al pedir a los vecinos que inicien hoy la evacuación.

UN RECUERDO AMARGO "La auténtica lección del Katrina es que los ciudadanos han aprendido de lo que le pasó a la gente que no se fue a tiempo en Alabama, Luisiana y Misisipí", comentó la alcaldesa de Galveston, Lyda Ann Thomas, que el martes ordenó la evacuación de los 267.000 residentes de la ciudad. Esta zona aún tiene muy presentes los estragos del huracán que en 1900 segó la vida de más de 8.000 personas, en lo que fue la peor tragedia humana causada por un huracán en EEUU.

La amarga experiencia del Katrina ha hecho que el Gobierno federal se sume a los llamamientos de evacuación.

"No se puede jugar con una tempestad como ésta, y la lección que hemos aprendido es que, cuando llega, lo mejor es quitarse de su paso", subrayó ayer el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Michael Chertoff. Su advertencia se produjo cuando el Rita había alcanzado ya la categoría 4 --con vientos de 225 kilómetros por hora-- y se internaba en el golfo de México tras dejar atrás los cayos de Florida.

"Esperamos que el Rita toque tierra con la fuerza de un gran huracán, al menos de categoría 3", proyectó el Centro Nacional de Huracanes (el Katrina lo hizo con categoría 4). Si su curso no se altera, el impacto se producirá el sábado en las costas del suroeste de Galveston, pero sus olas de hasta seis metros pueden causar graves inundaciones en localidades situadas 60 kilómetros al interior. Esta advertencia llevó a la NASA a ordenar la evacuación de sus 15.000 empleados en el cercano Johnson Space Center.

Las evacuaciones desencadenadas por el Rita se han iniciado en los hospitales y las residencias de ancianos de Galveston bajo la sombra de las penosas muertes producidas por el Katrina en centros similares de Nueva Orleans. En la ciudad del jazz también se ha dado la orden de evacuar y para este fin han sido dispuestos 500 autobuses. Además, se ha almacenado agua y comida para medio millón de personas en previsión del Rita, afirmó el vicealmirante Thad Allen, delegado del Gobierno federal en las operaciones que se necesitaron tras el Katrina.

LA PESADILLA SE REPITE Para muchos evacuados el éxodo continúa. Es el caso de 1.100 damnificados del ciclón Katrina acogidos en dos refugios de Houston, que ahora serán trasladados a Fort Chaffee (Arkansas), ante el peligro de que la ciudad tejana sea víctima del Rita. En Nueva Orleans, los vecinos que regresaron a comienzos de semana para ver qué queda de sus hogares inundados recibieron órdenes de irse otra vez. "La mayoría volvió en sus vehículos, y esperamos que se marchen de la misma forma", comentó ayer el policía militar Amber Mangham.

La industria petrolera tejana, que aporta el 25% de la producción total de crudo del país norteamericano, evacuó a miles de trabajadores por temor a nuevos daños en sus plataformas de extracción del golfo de México, asoladas hace menos de un mes por el anterior huracán. Esto provocó una fuerte subida en el precio del petróleo de Tejas. El crudo tipo Texas se encareció 1,45 dólares, hasta llegar a los 67,65 por barril.