La pastoral del Papa ha sido acogida con cierta decepción por los católicos alemanes y austríacos. Aunque el presidente de la Conferencia Episcopal germana, Robert Zollitsch, se apresuró ayer a asegurar que las palabras del Pontífice "tienen validez para toda la Iglesia", las organizaciones de católicos esperaban una alusión directa y un mensaje de repulsa que no llegó.

Zollitsch afirmó que la pastoral condena los abusos desde la perspectiva de la víctima: "Por eso critica el encubrimiento de los delitos que se ha practicado a menudo en parte de la Iglesia", dijo. Precisamente, él mismo tuvo que hacer frente ayer a unas acusaciones lanzadas por el programa de la cadena ARD que le atribuía haber ocultado un caso de pederastia en 1991 cuando trabajaba en la archidiócesis de Friburgo. El religioso explicó que actuó "con la mejor conciencia", pero reconoció que si ahora se enfrentara a un caso similar actuaría "de manera más consecuente y buscaría con mayor ahínco a testigos y víctimas".

En Austria, donde también se desvelaron abusos, las víctimas mostraron su desengaño por el mensaje papal el día en se daba a conocer la iniciativa de la asociación Víctimas de la Violencia Eclesiástica, que planea querellarse contra curas pederastas y contra la Iglesia como institución.