TMte invitan unos amigos a comer y a pasar la sobremesa en su casa del cacereño barrio de Santiago y despacho sus atenciones innumerables con un somero gracias. Convido a un matrimonio alemán en Jerez de los Caballeros a morcón y una semana después aún me lo están agradeciendo. Los extremeños somos acogedores, pero austeros en el protocolo. Los anglosajones son todo lo contrario. En cuanto un extremeño aterriza en Londres descubre la importancia de los manners , la urbanidad, para los ingleses, que te sueltan mecánicamente el please , el sorry y el thank you . En Alemania es igual. Mis amigos no se conforman con un gracias sino que estrujan su español buscando formulismos: "Estamos agradecidísimos por tu invitación, has sido enormemente encantador, estaba todo delicioso, ha resultado estupendo e inolvidable...". Y todo por un poco de morcón.

Volviendo de Jerez, nos detuvimos en Aldea del Cano ante un monolito de la Vía de la Plata. En él se informa de un inexistente Centro de Interpretación de la Minería situado en la entrada a Cáceres desde Miajadas. Mis amigos se interesaron. Yo me hice el despistado y los llevé al museo Vostell. Anoche me llamaron desde Alemania. Volvieron a agradecerme lo del morcón, dedicaron 11 piropos a Extremadura y en el colmo de la buena educación me dijeron: "Siempre recordaremos tu sincero interés por enseñarnos el Centro de Interpretación de la Minería". Me he quedado con la duda de si son extremadamente civilizados o extremadamente vacilones.

*Periodista