Alemania se quedó ayer sin un actor de proyección internacional con la muerte de Horst Buchholz, uno de los siete magníficos e inolvidable comunista que enamoraba a la hija del jefe de Coca-Cola en Uno, dos, tres , de Billy Wilder. El actor falleció a los 69 años en una clínica de Berlín. Nacido en 1933, su condición de políglota le facilitó su participación en numerosas producciones extranjeras en los 60, aunque siempre en papeles secundarios. Buchholz recibió en su país el calificativo de "James Dean alemán". Su último trabajo apareció en La vida es bella , de Roberto Benigni.