El Mediterráneo tiene ya, como el océano Pacífico, sus particulares sopas de plástico, al acumular una pieza cada cuatro metros cuadrados. Esa es la conclusión del informe Un Mediterráneo lleno de plástico. Estudio sobre la contaminación por plásticos, impactos y soluciones, elaborado por la unidad científica de Greenpeace que fue presentado ayer, coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos, a bordo del Rainbow Warrior III en el puerto de Valencia. La oenegé ecologista aseguró que el problema es ya tan grande que se debe «cerrar el grifo» a este material y empujar a las empresas a que busquen alternativas.

El informe asegura que el 96% de las basuras analizadas en el Mediterráneo son plásticos y que este mar concentra entre el 21% y el 54% de todos los fragmentos de microplásticos del mundo. Según el informe presentado por la oenegé, anualmente llegan al mar ocho millones de toneladas de plástico, lo que al día suponen unos 200 camiones llenos, y según Eurostat, solo el 20% de este material se recicla de forma adecuada. Por eso, Elvira Jiménez, responsable de la campaña Menos plástico, más Mediterráneo, aseguró que la situación es tan grave que «no basta solo con reciclar, hay que cerrar el grifo a este material y optar por la reutilización».