Ya lo dijo el otro día la titular de Cultura, Carmen Calvo: "Hay cosas que no se pueden comparar unas con otras". La ministra, que no desaprovecha casi ninguna ocasión de hacer campaña por la Alhambra como una de las nuevas siete maravillas del mundo --una polémica y muy publicitaria lista que la fundación New7Wonders dará a conocer mañana por todo lo alto durante una gala en Lisboa--, se refería a que los 20 candidatos eran muy distintos entre sí. Que nada tenían que ver la moderna Opera de Sídney o el Cristo Redentor de Río de Janeiro con el Coliseo de Roma o, en fin, la propia Alhambra. Sin embargo, el Cristo Redentor tiene muchas más posibilidades de ser declarado maravilla mundial que la ciudad amurallada granadina. El primero está entre los 10 favoritos y la segunda no.

Más allá de sus méritos o deméritos, la muy probable ausencia de la Alhambra en este catálogo tiene que ver con el sistema de elección. "La primera votación global de la historia", la ha llamado el promotor de la iniciativa, Bernard Weber, un multimillonario suizo de trayectoria errática --conservador de museos, ayudante de Federico Fellini, piloto...-- que no parece tener rubor en ofertar, a través de la página web en la que se lleva a cabo el sufragio, viajes organizados por su propia agencia a esos mismos monumentos.

Todo el mundo puede votar vía e-mail, con un SMS de móvil o llamando por teléfono. Se sabe, por el momento, cuáles son los 10 prodigios en cabeza: la Gran Muralla china, el Coliseo, el Machu Picchu, Petra, la Acrópolis, Chichen Itzá, la torre Eiffel, la isla de Pascua, el Cristo Redentor y el Taj Mahal.

Ya se han registrado más de 70 millones de votos, pero quienes más han respondido a esta campaña de New7Wonders, explican desde la propia organización, han sido los latinoamericanos y los asiáticos. Solo un dato: dos millones de jordanos, de los seis que tiene el país, han votado por el santuario de Petra.

Todo empezó siete años atrás. A Weber la idea le rondaba desde hacía tiempo, pero fue en el año 2000 cuando la lanzó: crear una lista de las siete maravillas del mundo, a imagen y semejanza de las antiguas. Primero se elaboró un catálogo con 77, entre las estaban, además de la Alhambra, la Sagrada Familia, la Mezquita y la Giralda.