El socavón aparecido junto a la línea del AVE en Zaragoza es culpa de unas obras que estaba efectuando el Gobierno socialista aragonés bajo las vías. Con estas palabras eximió ayer de cualquier responsabilidad en el suceso a su departamento el ministro de Fomento y máximo responsable de la obra, Francisco Alvarez-Cascos, al tiempo que despreciaba el informe del Colegio de Geólogos de Aragón en el que se advertía de las deficiencias en el subsuelo del AVE a su paso por Zaragoza.

Con su tono habitual de suficiencia, el ministro aseguró en Algeciras que "los técnicos ferroviarios no han necesitado hasta ahora grandes requerimientos ni asesoramientos externos para demostrar su cualificación".

Los geólogos habían aconsejado a Fomento que tomara medidas especiales que nunca se adoptaron para evitar hundimientos de tierras como el que se produjo el pasado viernes. Pero, según el ministro, el socavón no fue causado por la inestabilidad del terreno y la mala sustentación de las vías, sino por la obra ajena.

Curiosamente, aquí sí recurrió a un geólogo. Su departamento de comunicación remitió horas más tarde un estudio llevado a cabo el mismo viernes por la empresa Consultores Técnicos Asociados. En él se indica que "la única causa identificable del socavón es la extracción de gravas que se ha producido durante la introducción de una tubería por una empresa contratada por otra Administración pública ajena al Ministerio de Fomento".