Destornilladores, palancas, plásticos duros, radiografías, guantes… están eran hasta hace poco las herramientas típicas de los cacos para forzar puertas y reventar cerrojos. Pero los métodos han evolucionado; en la actualidad, los ladrones se sirven de técnicas rápidas y efectivas que no dejan huella exterior, de manera que el propietario ni siquiera nota que han entrado en su casa. Este tipo de acción, denominada en términos policiales “robo limpio”, está dificultando el cobro del seguro; os explicamos por qué.

Bumping y ganzúa manipulada

Las dos técnicas más utilizadas actualmente en el robo de domicilios son el bumping y la ganzúa manipulada.

  • Bumping: es la técnica que emplean los ladrones para abrir cerraduras tipo bump o de cilindro, que son aquellas que utilizan llaves planas, generalmente de puntos. Para abrir este tipo de cierre, los cacos se sirven de unas llaves especiales (llaves bump), que golpean con un objeto contundente. Las cerraduras tipo bump son muy habituales actualmente. Se calcula que el 80 % de los domicilios tiene instalado este sistema de cierre.
  • Ganzúa manipulada: es el método más empleado para abrir las cerraduras tipo borja, que son aquellas que utilizan llaves alargadas en forma de tubo y que acaban en una serreta a cada lado. Estas cerraduras se pusieron muy de moda en los años previos a la crisis de la construcción, por lo que están instaladas en gran número de domicilios.

Los dos métodos de robo son totalmente limpios. Al contrario de lo que ocurre con otros robos con fuerza, los cacos no destrozan las cerraduras e incluso pueden llevar a dejar las puertas perfectamente cerradas de nuevo. De esta manera, no hay huella externa del robo. El propietario no nota nada en su puerta y los vecinos, tampoco.

Dificultades con el seguro

Las personas que han sido víctimas de robos con las técnicas del bumping y la ganzúa manipulada tienen un doble motivo de preocupación. Por un lado, está el susto y el malestar que ocasiona el hecho de entrar en casa y ver que te han robado. El otro “susto” puede venir por parte del seguro de la casa.

La mayor parte de seguros de hogar incluyen en sus coberturas el concepto de robo. Pero el hecho de que no existan marcas externas en las cerraduras puede hacer pensar que se trata de una artimaña para cobrar, por lo que muchas compañías se muestran reticentes a la hora de efectuar el pago de indemnizaciones.

Por regla general, la víctima acaba cobrando, pero el proceso puede complicarse y alargase, ya que la aseguradora querrá estar convencida de que el robo ha sido real y no fruto de picaresca. Un punto en el que suelen apoyarse los propietarios para reclamar sus derechos es la definición de robo que figura en el Código Penal. Según los artículos 237, 238, y 239, se consideran delitos de robo con fuerza los que utilicen llaves falsas, como ganzúas u otros instrumentos análogos, para acceder a los domicilios. El Código Penal considera también llaves falsas las que el propietario haya podido perder y que se hayan utilizado para perpetrar el robo. Por tanto, no hace falta que una puerta o cerradura estén destrozadas para considerar que ha existido un robo real.

En cualquier caso, si queremos estar tranquilos lo más recomendable es comprobar que nuestra póliza incluye un seguro de robo hogar y leer siempre con atención la letra pequeña del contrato. De esta manera, el asegurado sabrá exactamente a qué atenerse en caso de sufrir un robo en su domicilio.

Cómo protegerse contra el bumping

Aunque la sofisticación y profesionalidad de los cacos hacen que nos invada un sentimiento de indefensión, siempre podemos hacer algo para mejorar la seguridad de nuestro hogar. Pensamos que, hagamos lo que hagamos, los ladrones entrarán en casa si se lo proponen, pero mientras más impedimentos les pongamos, más complicada les resultará la tarea.

Un sistema disuasorio clásico es la alarma. Un dispositivo bien visible y carteles avisando de su existencia en lugares estratégicos, harán que los cacos se lo piensen dos veces antes de forzar una puerta. Otra recomendación es instalar puertas blindadas resistentes con múltiples puntos de anclaje y que dispongan de un sistema antiganzúa. Este tipo de puertas es caro (suele superar los mil euros), pero es un sistema de protección muy eficaz frente a posibles amenazas.

Cifras preocupantes

Los robos con bumping y ganzúa están en auge y están substituyendo a los métodos más antiguos, como los que se servían de radiografías o plásticos duros para abrir cerraduras. En Cataluña, por ejemplo, este tipo de delito es una de las principales fuentes de preocupación de los Mossos de Esquadra, por detrás de las amenazas del terrorismo islámico. Se calcula que en esta comunidad se producen al día una media de 67 robos de domicilios con fuerza.