Una buena corrida de Los Recitales , aunque incompleta en número ya que los veterinarios habían aprobado sólo cinco toros, fue la nota sobresaliente de la tarde de hoy en Las Ventas, en un festejo en el que, sin embargo, destacaron también los toreros por su incapacidad para triunfar.

No valen excusas por parte de Curro Díaz, que quiso exigirle mucho a su primero, obligándole con la muleta muy abajo en lugar de aliviarle cuando perdía las manos.

Total para no pasar de hacer proyectos de pases, lo que se dice tirar líneas. También en el cuarto perdió el de Linares demasiados pasos entre pases, incapaz de quedarse en el sitio.

Iván Vicente se entretuvo en una larguísima faena a su primero, tanto que llegó a escuchar el primer aviso cuando todavía no le había montado la espada. El toro todavía embistiendo, y la faena sin ningún poso.

En el de Peña que hizo quinto, que también "se dejó" una barbaridad aun con el pequeño defecto de "abrirse" ligeramente, tampoco se acopló, dando pie a que el tendido le apremiara con unas elocuentes palmas de tango.

El diestro extremeño Ambel Posada tampoco fue capaz, "bailando" mucho delante de su buen primero, toro pronto y repetidor, que embestía largo y por abajo. El sexto fue más molesto, tomando los engaños un punto rebrincado. Pero a esas alturas de la tarde, la balanza ya estaba definitivamente inclinada a favor de los toros. Los silencios al final de las seis faenas en contraste con las ovaciones a los toros, lo dicen todo.