PLAZA: Media entrada en tarde calurosa. Olivenza.

NOVILLOS: Seis de Herederos de Bernardino Píriz, muy bien presentados y de juego desigual. Destacaron quinto y sexto, premiados con la vuelta al ruedo.

NOVILLEROS: Javier Solís, oreja y dos vueltas al ruedo. Luis Bolívar, ovación y ovación tras dos avisos. Ambel Posada, ovación y dos orejas.

Se enmendó la cosa casi al final. No iba por buenos derroteros el juego de los novillos de Píriz, pero como hasta el rabo todo es toro, hubo que esperar hasta el final para disfrutar de la bravura de dos de ellos, los lidiados quinto y, sobre todo, el sexto, con más calidad, más temple y clase en la embestida.

Se presentaba con picadores el extremeño Ambel Posada, que no pudo demostrar nada con el imposible tercero, pero se desquitó con el sexto. Se vio un novillero de buenas formas; ya con el capote mostró elegancia y buen manejo. Con la muleta, realizó una faena plena de torería y gusto, con fallos lógicos de quien empieza, pero pesaron más las virtudes. Muletazos con relajo, de mano baja y adornos pintureros, compusieron una obra de alta nota.

Javier Solís llegó convencido de repetir triunfo en una plaza que se le da bien y ante una ganadería que entiende a la perfección. No pudo redondear la tarde, pero estuvo dispuesto, con pasajes de buen toreo, con soltura y por encima de su lote. Distraído y sin entrega fue el que abrió plaza al que Solís le tapó defectos. En el cuarto quiso animar la fiesta y cogió banderillas, animando a sus compañeros a compartir tercio con él. Cumplieron los tres, inexpertos en esta suerte. Con la muleta, Solís quiso y no pudo con un novillo descastado y con querencias. Mató de una gran estocada que por sí mereció una oreja, pero el presidente se la negó, cerrándole la puerta grande.

Bolívar no pudo hacer nada con el segundo de la tarde, un animal que tuvo poca fuerza y no transmitió. Pero ante el quinto, un novillo para el que se pidió el indulto, tan de moda últimamente, el colombiano realizó una faena que llegó al público por la boyante embestida del de Píriz. Pero a su labor le faltó reposo y hacer el toreo más despacio.