TLta última moda en la red es la compra y venta de amigos imaginarios. En el portal de subastas eBay se puede acceder a una variada gama de amistades figuradas en venta, como un tal Jon Malipieman , que al parecer se ha hecho demasiado viejo para su compañero, o como Tom Lee , a quien la mujer que le inventó le pone en venta porque ahora va a casarse, o como Timothy , guitarrista, soltero y buena persona, pero al que dan boleto por andar molestando en sueños al amigo que ahora pide precio por él. Las respuestas no han tardado en llegar y ya hay quien paga más de 2.000 euros por uno de esos amigos. Curiosamente, hay un comprador que repite porque dice que la primera vez que adquirió un amigo invisible se sintió estafado: ¡no le hablaba! Ahora ando pensando si sería bueno comprarme un Timothy, que me toque la guitarra los viernes por la noche, o un Malipieman, que me dé consejos de persona imaginaria que ya está de vuelta. Yo nunca he tenido un amigo así, seguramente porque es mucho más difícil que tener uno real. Los amigos imaginarios terminan siendo una proyección de todo lo que no hemos logrado ser, y por eso acaban molestando, y por eso se abandonan en cualquier escaparate de internet con un cartel de se vende . Pero tampoco hay que pensar que es tan raro eso de comprar amistades y venderlas. Sólo hay que fijarse esta semana en los políticos, ansiosos de amiguitos nuevos para lograr mayorías. Y deberían tomar precauciones, ya que los amigos que ahora están en venta los han inventado otros y a la larga pueden terminar siendo incómodos. Lo mismo, dentro de unos meses, nos encontramos también algún político en venta en la red. Fulanito, es buena persona, pero le vendo por joderme cuatro años de gobierno .