Carmen Fernández ya ve el fin del calvario. La Audiencia de Sevilla ha condenado a la Junta de Andalucía a indemnizarla con 1,4 millones de euros porque le retiró la tutela de sus hijos cuando era alcohólica y no se la devolvió cuando se recuperó, pese a que varias sentencias le daban la razón. La justicia cree que se han "pisoteado e ignorado" los derechos de los niños a estar con su madre, cuya salud se ha visto afectada por el proceso. El fallo no es recurrible y la Junta debe pagar en 20 días.

La historia se remonta a mediados de los 90, cuando los niños Sara e Iván tenían 5 y 4 años. Carmen era alcohólica y la Junta decidió declararlos en situación de desamparo y los dio en acogida a una familia de Dos Hermanas. Cuando se recuperó, y con informes que lo avalaban, exigió que se le devolviera la custodia. Pese a ganar desde 1996 todos los pleitos, un juzgado de familia de Sevilla --basándose en decisiones de psicólogos-- decidió mantener a los niños con la familia de acogida para evitarles daño psicológico.

La lucha de la mujer se vio recompensada en parte en el 2004, cuando Sara, que ya tenía 13 años, expresó su deseo de volver con la madre, que vivía en Madrid, lo que se produjo de forma inmediata. La sentencia dictada ahora señala que, no obstante, no se puede considerar que Carmen haya recuperado a su hija porque "la relación nunca podrá ser idéntica después de haber perdido toda la infancia".

Por su parte, Iván sigue con sus padres de acogida y el juzgado de familia impide a la madre o a la hermana verlo. "Para Carmen este fallo ha supuesto una sensación agridulce, ya que ella hubiese preferido no tener el dinero y que todo se hubiese resuelto antes", dijo su abogado.

La sentencia conocida ayer anula una resolución anterior que fijaba en 72.000 euros la indemnización, equiparándola a la pérdida de ambos en accidente de tráfico, y señala, según explicó el abogado de Carmen, Gabriel Velamazán, que parte de la cuantía se concede por la frustración causada a la madre al ver que perdía su "razonable expectativa" de recuperar a sus hijos, "posibilidad que se alejaba más y más, recreando un dolor que iba in crescendo, cual si a un cuerpo se le van arrancando de forma lenta pero progresiva los distintos miembros".

DEPRESION Y CANCER La justicia añade que la depresión que sufre --además de un cáncer-- son "consecuencia del sufrimiento", es decir, una "lesión sufrida de manera ilegítima". La Audiencia subraya que, durante el tiempo que Carmen ha estado sin sus hijos, han sido "ignorados y pisoteados" los derechos humanos elementales de los hermanos, privados de la "afectividad, convivencia, ligazón natural y proximidad con su madre".

Además, califica el proceso judicial --el juzgado de familia no ejecutó dos sentencias y autos favorables a reunir a los hermanos con sus hijos-- de "absurdo, sorprendente y carente de todo fundamento legal", ya que se llegaron "a ampliar de manera subjetiva plazos procesales". y se dictaron resoluciones en forma de sentencia. Por este motivo, según indicó Velamazán, tiene interpuestas otras reclamaciones similares contra el Ministerio de Justicia por el tiempo que ha tardado el Juzgado de Familia en resolver el caso, y contra la Consejería de Bienestar Social.