--Y la corona?

--La tengo yo. Que vengan a buscarla.

--Sabía usted a qué se arriesgaba.

--Le explicaré mi historia. Tenía 16 años cuando probé suerte en Miss Cantabria por primera vez. Insistí al año siguiente, sin éxito. Y luego conocí a Alberto, el padre de mi hijo, por culpa del chapapote... Es militar. Fue a limpiar las playas y al salir de marcha por Santander... Con 18 años me fui a vivir con él a Cádiz. Le mandaron a la guerra de Irak y, al volver, compramos un piso y pensamos en tener un niño. Me quedé embarazada a los dos meses, pero a él lo mandaron al tsunami, y luego a una navegación de cuatro meses. Me vi tan sola... Decidimos dejarlo. Regresé a Santander. Me deprimí. No soportaba que mis padres me mantuvieran. Y me volví a presentar a Miss Cantabria.

--A probar suerte.

--Firmé las bases sin leer el punto referente a los hijos. Ya en el concurso, unas compañeras me dijeron: "¿No sabes que no te puedes presentar teniendo un niño? Pues ten cuidado porque hay una que te pone por ahí de mala madre". Tuve un enfrentamiento con la chica en un lavabo, salimos llorando y nos vio el organizador de la gala. Le expliqué el motivo. Por la noche yo participé y no gané.

--Este año sí leyó las bases.

--Este año quería presentarme por Cádiz, porque por Cantabria no ganaba nada... Pero me llamaron de la organización y me pidieron que me presentara por Cantabria. Al llegar al casting vi que tenía alguna posibilidad, aunque ninguna compañera confiaba en mí. La que quedó segunda dama y yo nos lo tomamos un poco a cachondeo. Fuimos a la gala hechas un Cristo, con un vestido de rebajas que compré por 8 euros.

--Pues se llevó el premio gordo.

--A la semana de ganar, me llamó el jefe del jurado, ¡el mismo al que yo le comuniqué que tenía un niño el año pasado!, y me dijo que devolviera la corona, alegando motivos personales. Y añadió: "Mira, si te la quitamos nosotros, Miss España nos denunciará y nosotros te denunciaremos; pero si lo dejas correr, te seguiré dando trabajitos de azafata". Se lo comenté a mi abogada y decidimos no renunciar.

--Oiga, ¿quién tiró de la manta?

--No sé. Algunas compañeras dicen que fue la primera dama. La misma que me puso a mal con la chica del lavabo.

--A todo esto, a río revuelto, ganancia de pescadores.

--No crea. Esta semana he salido en 64 programas de televisión y no he llegado a alcanzar los 4.000 euros, ¿eh? Y voy a tener que pagar a un procurador.