A pesar de la fragilidad de la salud del Papa, el Vaticano volvió ayer a confirmar, sin asomo de duda, la celebración de las actividades previstas para los próximos días, que terminarán el próximo martes con un importante y emblemático consistorio cardenalicio. El Pontífice se apresta a afrontar una de las semanas más duras de su mandato, del que hoy se celebran los 25 años, con todos los ojos puestos sobre su precario estado. Será una semana rica de emociones, en la que se pondrá a prueba su condición física.

Juan Pablo II participó ayer en la audiencia general de los miércoles, ante 16.000 fieles que llenaron la plaza de San Pedro y le anticiparon las felicitaciones por su pontificado. Emocionado, agradeció a los fieles las muestras de cariño y los invitó a participar en la misa con la que esta tarde se conmemorará su llegada al trono.

Las actividades siguieron por la tarde con los trabajos de un simposio donde participan todos los cardenales llegado, siendo esta la primera vez en la historia que todos los purpurados acuden a Roma a un acontecimiento diferente al cónclave para debatir sobre el futuro de la Iglesia.