La tercera reforma de la ley de extranjería va más allá de lo que el Gobierno había reconocido en la restricción de los derechos de los inmigrantes. El anteproyecto, que el próximo viernes aprobará el Consejo de Ministros, prevé suprimir la regularización de los sin papeles que lleven cinco años viviendo en España de modo irregular, uno de los aspectos que la totalidad de las fuerzas políticas consideraron más positivos de la norma actual.

El texto legal establece en la actualidad que "la Administración podrá conceder el permiso de residencia temporal a los extranjeros (...) que acrediten una permanencia en el territorio español durante un período mínimo de cinco años". La nueva versión dice, en cambio, que "podrá otorgarse una autorización de residencia temporal cuando concurran circunstancias excepcionales, tales como razones humanitarias, situación de arraigo o cualquiera que se determine reglamentariamente", informa Europa Press.

La definición de las condiciones para acceder a la regularización por la vía del arraigo quedará, pues, en manos de un reglamento posterior. El actual establece la regularización a los tres años, pero si se cumplen otros requisitos, como tener una oferta de trabajo.

La supresión va en la línea anunciada por el anterior secretario de Estado de Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, que pretendía eliminar cualquier acceso "automático" a la legalidad desde una situación de irregularidad. Su sucesor, Ignacio González, aseguró, sin embargo, recientemente en una comparecencia ante los medios de comunicación que la reforma de la ley no afectaría a esta cuestión.