La Guardia Civil de Almería investiga si Isabel Motos, de 52 años, es la última víctima de violencia doméstica. Su cuerpo apareció ahorcado en el patio de su vivienda en el municipio de María y, aunque todo apuntaba un suicidio, las primeras conclusiones de la autopsia han confirmado que presentaba golpes y otros signos de violencia. Pese a que no se descarta ninguna hipótesis sobre el móvil del suceso, el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha señalado que Isabel sufrió malos tratos por parte de su exmarido, del que estaba separada hacía cinco años. El hombre le había amenazado de muerte en varias ocasiones, siendo incluso condenado en una ocasión.

La trágica muerte se descubrió sobre las dos de la tarde del lunes, cuando el hermano de Isabel acudió a buscarla extrañado por su retraso en el trabajo del campo. La Guardia Civil mantuvo en un primer momento que las pesquisas apuntaban que se trataba de un suicidio y que no había indicios de que se fuese un caso de violencia doméstica, puesto que la mujer llevaba años separada de su marido y, "que se sepa, recientemente no tenía problemas con él".

Sin embargo, la policía local desmentía esta versión, dado que cuando acudieron al lugar de los hechos pudieron apreciar que el cuerpo, en pijama, tenía numerosos hematomas, heridas y un fuerte golpe en la cabeza.

Desde el IAM en Almería afirmaron que, según la autopsia, la muerte se produjo por una "agresión brutal" y que la víctima fue arrastrada por el suelo de la vivienda antes de ser colocada en el patio intentando simular un suicidio. Sin descartar otros móviles como el robo con violencia, la coordinadora local del IAM, Adela Segura, explicó que Isabel era usuaria habitual del Centro de Mujeres maltratadas de un municipio cercano, donde constan hasta tres denuncias por amenazas y malos tratos contra su expareja, de la que se separó en 2001, aunque no se divorciaron hasta hace dos años. El hombre fue condenado.

LOS VECINOS DISCREPAN Los vecinos mostraron su extrañeza por lo sucedido y dudaron de la versión del suicidio, ya que Isabel, muy conocida en una localidad de apenas 1.800 habitantes por su trabajo en la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), "estaba muy animada con el reciente nacimiento de su nieto y con su marcha a la vendimia en Francia dentro de pocos días", explicaba una compañera. La rumorología se vio alentada por la ausencia de Antonio, el exmarido, que reside en la que fue vivienda conyugal, al que nadie ha visto por el pueblo desde el lunes, y por la intención de Isabel de regularizar unas subvenciones agrícolas que le correspondían y de las que estaba beneficiándose su ex pareja.