La punta de la crecida del Ebro entró ayer en la Comunidad aragonesa con menos fuerza de la prevista, aunque las autoridades y Protección Civil mantienen la situación de alerta para evitar inundaciones de los núcleos urbanos situados en las riberas del río, que ha anegado miles de hectáreas de cultivo.

La localidad de Novillas, el pueblo más próximo a Navarra, se protege con grandes motas de tierra para evitar que el agua llegue a las casas más próximas al cauce del río, donde con bombas se achicaba el agua, sin que anoche se plantease la necesidad de evacuar esta población de poco más de 600 vecinos.

En parecida situación estaá el pueblo de Pradilla, aunque algunos vecinos se han trasladado a casas de familiares, y se mantiene un dispositivo por si fuera necesario evacuar a los más ancianos y a las personas enfermas.

El agua ha inundado caminos rurales pero no ha afectado a la red principal de carreteras,.si bien el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, y el consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, informó de que la crecida será "mucho más benigna", no alcanzándose los niveles de febrero de 2003 .