El petrolero ruso Geroi Sevastopolya, un viejo buque monocasco idéntico al Prestige y que transporta más de 55.000 toneladas de fuel pesado, abandonará hoy las aguas españolas incluidas en su ruta entre Lituania y Singapur. El petrolero ruso, vigilado por el patrullero Atalaya de la Armada, circuló siempre a más de 200 millas del litoral gallego, tal y como establece la nueva normativa europea de transporte marítimo.

El viaje de este monocasco de más de 15 años de antigüedad despertó la alarma tanto del Gobierno gallego como del central, hasta el punto de que fue escoltado durante todo su recorrido frente a Galicia para evitar cualquier acercamiento indebido. Tal era la expectación que el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, llegó a decir que "si se ponen tontos se les pega un cañonazo, y punto".

UNA EVIDENCIA La ruta del barco ruso ha puesto en evidencia la escasa efectividad de las medidas tomadas en Europa para la prevención de accidentes marinos, y todos los expertos piden más dureza en la norma internacional de transporte marítimo.

En este sentido, el director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, aseguró ayer que la travesía del un buque basura como el Geroi Sevastopolya en invierno y por una costa tan "dura" como la gallega es "una locura y una insensatez" por parte de los armadores, que "quieren sacarle al barco hasta la última peseta que puedan".

López Sors explicó que, después de saber que el barco iniciaba el viaje desde Letonia, las autoridades de Francia, Portugal, España e Italia enviaron inspectores para revisar las condiciones del barco y detectaron "graves defectos" en la cubierta principal, donde tenía deformaciones permanentes que "en situaciones de esfuerzos importantes se puede llegar a partir".

También había problemas de corrosión en los tanques de lastre y en las soldaduras.