El diccionario de la moda tiene un nuevo vocablo que se propaga por la pasarela masculina de París. Muertos los yuppies uniformados, emerge ahora un hombre al que llaman "metrosexual". Metro por urbano y sexual porque alude a heterosexuales tipo David Beckham, que lo mismo se pinta las uñas que viaja con peluquero personal y se deja fortunas en el ropero. A este nuevo hombre cortejan las 35 firmas que hasta el lunes presentan las creaciones del próximo invierno en la gran convención de París. Entre ellas, la catalana Armand Basi, que ayer subió el telón de una colección que puso el ojo en los años 30 y 40, la era del swing.

"Es un error pensar que la estética no preocupa a los hombres", afirmó Lluís Juste de Nin, director creativo de Basi (en la foto de la izquierda, uno de los modelos de la firma). El diseñador, que dice vestir a hombres "sensibles y cultos" que buscan su lado sexy en la "transgresión", abrió las puertas de un armario en el que colgaban prendas de aire déco. Y lo hizo porque, según Juste de Nin, el swing atragantaba a los nazis y fue un elemento de contestación.

La colección se pintó básicamente en tres colores: negro, gris y azul. Hubo también un chute de rojo que puso el punto final. Los modelos, capitaneados por Karl Lindman, actual chico Calvin Klein, pasearon pantalones por debajo de la rodilla, camisas superpuestas y jerseys sin mangas. Y rayas. Muchas rayas.

Otro estreno, más pirotécnico, fue el de John Galliano (a la derecha), que presentó el viernes su primera colección para hombre. Lo mismo vistió a dandis que a gogós, casanovas versión punk y boxeadores.